Leo con angustia la noticia de que se votara en el Senado la toma en consideración de la propuesta de creación de un Senado plurilingüe: español, catalán, vascuence, valenciano, mallorquín, aragonés, bable (no sé si me dejo alguno, seguro que sí). Si esta medida sale adelante -y de momento cuenta con el apoyo de todos salvo el PP- se creará una legión de funcionarios traductores cuyos sueldos, obviamente, deberán ser financiados con deuda pública, ya que el Estado español, a día de hoy, no tiene ni para pagar la nómina de funcionarios en plantilla.
Creo que es un acto de desprecio más a la ciudadanía que paga el sueldo a esta pléyade de senadores. En lugar de ocuparse de resolver los problemas de los ciudadanos: desempleo, guarderías, sanidad, educación, sus señorías dedican su tiempo y nuestro dinero a resolver el siguiente problema: en España todos hablamos español y algunos, la minoría, además, otra lengua; los que hablan además del español otra lengua tienen el capricho de que los que sólo hablamos español no les hablemos en español sino que les hablemos en la otra lengua.
Evidentemente este problema se resuelve con traductores. Evidentemente el dinero que se emplee en pagar esos traductores no se puede destinar a guarderías para que los padres puedan ir a trabajar, a apoyo a emprendedores, a créditos a Pymes, evidentemente no es casual que España, según el FMI, tenga en este momento la peor tasa de desempleo del mundo "rico", que siga en recesión mientras la mayoría de Europa ha comenzado a salir de la crisis y que el déficit público este desbocado. Evidentemente es por méritos propios.
20minutos.es
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