martes, 19 de agosto de 2014

El fracaso

Poco a poco aprendemos a temer el fracaso en ámbitos tan variados como la vida en pareja, ser padres, perder el trabajo o no conseguir un ascenso laboral. ¿Que efecto puede tener en mi vida? Arriesgarse implica la posibilidad de fracasar y tal vez evites sin siquiera darte cuenta de ello, cualquier reto que no estés seguro de conseguir. Esto puede limitar tremendamente tus posibilidades de descubrir nuevos retos y de generar oportunidades.
Quienes evitan el fracaso a toda costa puede hacerlo provocando circunstancias que les darán una excusa supuestamente honorable para fracasar, por ejemplo tener un hijo que te impide terminar tu diploma universitario o presentarte a unas oposiciones.
Las personas con mucho miedo al fracaso combinado con una necesidad alta de reconocimiento social pueden desarrollar un perfil de trabajadores compulsivos; en cambio, si una persona tiene poco miedo al fracaso y mucho deseo de éxito, puede fracasar repetidamente debido a su falta de realismo.

¿Cómo es una vida en la que no se arriesga a fracasar? Una vida segura pero sin sorpresas, aburrida y frustante, imagina haciendo exactamente lo mismo dentro de veinte años, recuerda que si no haces esfuerzos y te arriesgas probablemente tu vida no será lo que esperabas.

No te tomes el fracaso como algo personal, recuerda que las personas que han logrado algo también han fracasado muchas veces.
Los riesgos ofrecen recompensas altas.

Imagina que fracasas en un cometido que te preocupa e imagina las consecuencias de este fracaso. Probablemente no te parezcan tan terribles como temes ahora. Estudios demuestran que tendemos a subestimar nuestra capacidad de sobreponernos a las adversidades. Visualiza que tienes éxito en tu cometido.
Ten un plan alternativo: si fracasas con tu primera opción, asegúrate una salida que te permita gestionar el fracaso con inteligencia. Lo que más miedo nos da es la incertidumbre, analiza las ventajas y peligros de los riesgos que asumes, te ayudará a tomar decisiones racionales.
Si sólo tienes dos opciones, el fracaso o el éxito, no tendrás más remedio que arriesgarte. El miedo al fracaso desaparece cuando éste no puede salvarte.

No hay comentarios: