martes, 28 de octubre de 2014

Abanico de elecciones

Tendemos a pensar que si tenemos un mayor abanico de elecciones somos más libres, más prósperos y más felices. Esta sensación de elección no nos hace sentir mejor. Ej. la tentación de cambiar de pareja más de una vez a lo largo de nuestra vida. 

A medida que crecen las opciones, las posibilidades de que te sientas defraudado se disparan. El exceso de alternativas para elegir tiene un precio alto, un abanico demasiado amplio no compensa.

Cuanto mayor eres, más posibilidades tiene de convertirte en un optimizado satisfecho, y ésa es una lección que los humanos podemos aprender a cualquier edad.

Cuando eliges es fácil pensar en todo lo que has perdido en vez de centrarte en lo que has ganado. 
Exceso de oferta a la hora de elegir entraña un peligro concreto.  Cuando tiene expectativas altas, la realidad casi nunca puede estar a la altura y sueles sentirte decepcionado. En cambio si nuestras expectativas son modestas es probable que la vida real pueda mejorarlas.

Algunas personas retrasan la toma de decisiones porque no soportan cerrar puertas, pero tienen el peligro de que al final termines dejándote llevar por las circunstancias sin atreverte a tomar una decisión de verdad. Es preferible sin duda aprender a tomar decisiones con eficacia. 
Piensa en momento que has elegido algo y has sentido que ese algo era suficiente, que era modesto pero cumplía tus expectativas, te ayudará, disfrutarás de tu elección sin amargarte pensando que tal vez podías haber hecho una elección mejor.

Renuncia a probarlo todo por ti mismo y confía para algunas decisiones en personas que ya han tomado esas mismas decisiones.

Albert Einstein: "el intelecto tiene poca cabida en la ruta del descubrimiento. La conciencia da un salto, llámalo intuición o lo que quieras, y la solución te llega, y no sabes cómo ni por qué".



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